jueves, 7 de abril de 2011


"Mi escuela secundaria era bastante dura y tenía como principal ambición que las alumnas no nos quedáramos embarazadas. No estimulaban precisamente, por eso me enrolé en Croydon", explica Adele con candidez. Sólo había pulido tres canciones (Daydream, My Same y Hometown Glory) cuando firmó con su actual compañía, pero ya entonces contaba con multitud de adeptos en el universo cibernético de MySpace, donde colgó sus primeros temas.

Al cabo de un año, Adele era invitada a compartir escenario con sus admirados Björk y Paul McCartney en el programa televisivo de Jools Holland, un popular show del viernes por la noche que seguía en su adolescencia con el preceptivo permiso de su madre. Ambas siguen viviendo en su domicilio familiar del sur de Londres, circunstancia que Adele subraya como signo de normalidad aunque los hechos le contradigan. Se sabe que el manager de las Spice Girls -sus ídolos de infancia- intenta cortejar a la artista, quien se ha visto obligada además a contratar con urgencia a un publicista en Nueva York después de que el propio Kanye West proclamara sus virtudes al otro lado del Atlántico.

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