
El siguiente trabajo, 19, avala ese veredicto, aunque también ha puesto las cosas en su sitito: el grueso de la crítica apunta a que los temas de la cantautora no parecen destinados a perdurar. Son baladas melancólicas sobre el amor y su corazón roto a manos de un incomprensivo noviete bisexual, pero los interpreta con tal arrojo y autoridad que nadie cuestiona su enorme madera de artista y talento innato.
El estreno de Adele es el primer fruto de su colaboración con el sello XL. La discográfica había tanteado a la cantante cuando todavía estudiaba en la Brit School of Performing Arts de Croydon,

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